Es sabido que el 75 por ciento de los cultivos del mundo dependen de los polinizadores. Sin ellos, la mayoría de los frutos, flores y semillas que conocemos no existirían. Tampoco podríamos ser testigos de una diversidad como la que todavía podemos disfrutar, a pesar de los grandes daños que los seres humanos hemos causado en los paisajes y ecosistemas. El servicio ecosistémico derivado de la polinización que las abejas y otros polinizadores llevan a cabo es inconmensurable.
Sin embargo, la vida de los polinizadores está bajo amenaza a causa de las prácticas agrícolas y de manejo de tierra degenerativas. La agricultura industrial que lleva a la pérdida de hábitats por deforestación, la práctica de monocultivos que atentan contra la biodiversidad, el uso de pesticidas y la crisis climática derivada en gran medida de estos factores está afectando su supervivencia.
Un fenómeno que es cada vez más común es el síndrome de colapso de las colmenas, que vulnera tanto a abejas melíferas como silvestres, pero que es aún más notorio en el caso de las primeras.
Para los apicultores, la evidencia del colapso es visible al abrir un cajón: son colmenas con cada vez menos población, deshabitadas, como si se hubiera producido en ellas un gran exilio. Es posible ver también a las abejas obreras, en particular a aquellas que desempeñan el rol de pecoreadoras, regresar a la entrada de la colmena – la piquera- perdidas y desorientadas,caminando en círculos, en algunos casos hasta confundiendo su casa.
En el polen y en las propias colmenas se encuentran cada vez más rastros de pesticidas, en particular de neonicotinoides,que actúan afectando el sistema nervioso central de los insectos y causan esta desorientación.
Las abejas se contaminan directamente de estos pesticidas y sus sistema inmunológico se debilita, haciéndolas más susceptibles a patógenos como ácaros, bacterias, hongos y virus, que si bien siempre han existido, crecen en cantidades alarmantes.
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Mensaje del Día de la Tierra del Director Internacional de RI, Andre Leu
Simplemente ser sostenible no es suficiente. ¿Queremos mantener el status quo actual o queremos mejorarlo y rejuvenecerlo? La regeneración mejora los sistemas.
En el Día de la Tierra, Regeneration International, con nuestras 360 organizaciones afiliadas en casi 70 países de África, Asia, América Latina, Oceanía, América del Norte y Europa, continuará promoviendo, facilitando y acelerando la transición global hacia la alimentación, la agricultura y la gestión de tierras regenerativas con el propósito de restaurar la estabilidad climática, acabar con el hambre en el mundo y reconstruir los deteriorados sistemas sociales, ecológicos y económicos.
Lea el mensaje entero de Andre: “Necesitamos regenerar todo nuestro planeta en el Día de la Tierra”